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La propuesta de reducir la jornada laboral en México a 40 horas semanales es un tema complejo que requiere un análisis profundo considerando la realidad económica y social del país.

3 de mayo de 2025 por
proyectos@coparmexjuarez.org

La propuesta de reducir la jornada laboral en México a 40 horas semanales es un tema complejo que requiere un análisis profundo considerando la realidad económica y social del país.

Si bien la idea de mejorar la calidad de vida de los trabajadores es loable, su implementación exige una estrategia cuidadosa y gradual para evitar efectos contraproducentes.

Un factor crucial para considerar es la alta tasa de informalidad laboral, que actualmente se sitúa en un 54%. Implementar una reducción de jornada sin abordar este problema podría generar una mayor presión sobre el sector formal, incentivando la migración hacia la informalidad donde las regulaciones laborales son menos estrictas o inexistentes. Por lo tanto, cualquier reforma en este sentido debe ir acompañada de políticas efectivas para la formalización del empleo.

La propuesta de deducibilidad al 100% de las prestaciones laborales es un paso positivo que podría incentivar a las empresas a ofrecer mejores condiciones a sus empleados, compensando parcialmente el posible aumento en los costos laborales derivado de la reducción de la jornada. La nivelación de las tablas del Impuesto Sobre la Renta (ISR) es otra medida importante que podría complementar la reducción de la jornada, al aumentar el ingreso disponible de los trabajadores. 

El estímulo a la productividad es un elemento central en este debate. México, como miembro de la OCDE, presenta uno de los niveles de productividad más bajos. La reducción de la jornada laboral solo será sostenible si se implementan medidas que impulsen la eficiencia y la productividad en las empresas. Esto podría incluir estímulos fiscales y otros en la inversión de tecnología y la capacitación de los trabajadores. 

Ante la fuga de inversiones y en especial de empleos hacia otros países y en especial hacia los EUA; si bien es cierto que en nuestro país vecino ya cuentan con un Jornada de 40 Horas, también poseen una serie de ventajas respecto a México en sus costos laborales:

- Tasa Corporativa de ISR del 22% contra 30% más 10% de PTU

- Carga Social del 12.4% contra tasa superior al 30%

- Posibilidad de pago de Salario por hora

- Cero días de Aguinaldo contra 15 días por año laborado

- Cero días de Indemnización contra Tres meses más antigüedad.

En este contexto, el diálogo tripartito entre empresas, gobierno y trabajadores se vuelve indispensable. Es necesario establecer mesas de trabajo donde se discutan a fondo los desafíos y las oportunidades de esta reforma, buscando soluciones consensuadas que beneficien a todas las partes involucradas. 

La realidad de la desaceleración técnica económica que enfrenta el país exige prudencia y un enfoque gradual y flexible en la implementación de cualquier cambio en la legislación laboral.

Finalmente, un incentivo a la inversión es crucial para fortalecer el tejido empresarial y generar empleos formales de calidad. Las políticas públicas deben estar orientadas a crear un clima de negocios favorable que atraiga inversión nacional y extranjera, que brinde certeza en el largo plazo, asegure certeza jurídica y un estado de derecho, lo que a su vez facilitará la adaptación a una jornada laboral reducida sin comprometer la competitividad de las empresas.

La reducción de la jornada laboral a 40 horas en México es un objetivo deseable, pero su éxito dependerá de una estrategia integral que aborde la alta informalidad, considere el impacto fiscal de las medidas complementarias, impulse la productividad, fomente el diálogo social y promueva la inversión, todo ello con un enfoque gradual y flexible que tome en cuenta la realidad económica del país.

La propuesta de reducir la jornada laboral en México a 40 horas semanales es un tema complejo que requiere un análisis profundo considerando la realidad económica y social del país.