COPARMEX ADVIERTE QUE UNA REFORMA PARA REDUCIR LA JORNADA LABORAL DEBE CONSTRUIRSE CON DIÁLOGO, GRADUALIDAD Y REALISMO ECONÓMICO
- Impulsar una reducción de horas laborales sin incentivos a la productividad, podría llevar a un deterioro en el empleo formal.
- La gradualidad debe contemplar no solo plazos, sino criterios sectoriales y de tamaño de empresa, con especial atención a las micro y pequeñas unidades económicas.
El reciente anuncio sobre la instauración paulatina de la reducción de la jornada laboral, exige una reflexión profunda, integral y con visión de país. Desde la Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX) sabemos de la importancia de mejorar las condiciones de las y los trabajadores, pero subrayamos que cualquier modificación a la Ley Federal del Trabajo debe construirse desde el diálogo responsable, con base en datos, y considerando el difícil contexto económico actual que enfrentan el país y las empresas, en particular las micro, pequeñas y medianas, que constituyen el motor del empleo formal en México.
Reiteramos nuestra disposición para participar de forma activa en las mesas de trabajo que convocará la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Estamos listos para sumar, con argumentos y propuestas, a un proceso que debe incluir a todas las voces y visibilizar la realidad de los distintos sectores económicos.
No es momento de decisiones unilaterales, ni de imposiciones políticas. Es tiempo de construir acuerdos que garanticen el equilibrio entre productividad, mejoras en las condiciones laborales y viabilidad empresarial, para impulsar los objetivos y prioridades anunciados por el Gobierno Federal y que requiere el país. El sector empresarial se encuentra unido en un mismo frente: promover el bienestar de las personas trabajadoras sin comprometer la sostenibilidad de las fuentes de empleo.
La colaboración entre trabajadores, empresas y gobierno ha permitido, en años recientes, progresos fundamentales en el mundo laboral, entre los que destacamos:
1. El incremento sostenido del salario mínimo, que hoy permite acercarnos a la línea de bienestar familiar.
2. La ampliación de vacaciones, que ha mejorado el equilibrio entre la vida laboral y personal.
3. La regulación de la subcontratación, que cerró espacios a los abusos y fortaleció la formalidad.
4. La reforma pensionaria, que incrementó las aportaciones patronales y garantizó mejores condiciones para el retiro.